“Somos nosotros o ellos, Em. Ya no
hay gente normal”.
Hace diez años cuando el mundo
acabó, ella corrió por su vida.
Cinco semanas atrás, el mundo del
que ella se ocultó vino a llamar a la puerta de su cabaña aislada.
Hace diez días encontró la
salvación escondida entre los muertos.
Ayer ella regresó al mundo de los
vivos.
Hoy se pregunta si vivirá para ver
el mañana.
¿Qué haces cuando el mundo en que
naciste se ha ido? ¿Dónde te ocultas cuando tu propio cuerpo no es seguro?
Emma corrió cuando su padre se lo
dijo. Se ocultó como él le dijo que hiciera. Él fue la primera persona a la que
le dio la espalda. El primero al que dejó morir. Diez años han pasado y todavía
vive bajo las reglas simples que él le enseñó cuando tenía nueve años de edad.
“No ayudes a nadie. No vayas a donde haya gente a menos que debas. No confíes
en nadie. Siempre jala el gatillo”. Hasta que una noche oye el peor sonido del
mundo, un golpe. Un simple, tímido, golpe en la puerta de su cabaña. Sólo la
voz de la valiente chica, dispuesta a morir por su hermano, convence a Emma para
abrir la puerta. Mientras sus dedos rodean la cerradura, tiene la terrible
sensación de que se arrepentirá de su decisión. Pero aunque los remordimientos
llenan su mundo, también lo hacen el amor y el compañerismo. Las cosas que
nunca imaginó que alguna vez tendría otra vez.
Todo tiene un costo, es tu
decisión si lo pagas.
Cuando Emma despierta atada a una
fría mesa de metal, solo tiene un nombre en los labios: ¡Marshall!
Lo que ella no espera es descubrir
que él es solo una de las muchas personas perturbadas de su pequeño mundo que
merecen morir lentamente.
Veinte años atrás, los científicos
hicieron descubrimientos importantes en el campo de la genética y con la
posibilidad de perfeccionar a los niños que se daban a luz.
Diez años atrás, el gobierno tomó
una dura decisión, la tierra o las personas.
Nueve semanas atrás, sus
decisiones completaron el círculo.
Catorce días atrás, la verdadera
cara de las mutaciones llegó a los senderos del límite y otras áreas.
Ayer lo peor que podrían hacer le
enseñó quién era.
Hoy ella viene por ellos y conoce
la fortaleza que le han brindado. Mañana ella planea destruirlo todo. Y planea
empezar con su propio creador. Con su propio padre.
Hace treinta años, un hombre hizo un niño al que
nunca tuvo intención de amar.
Hace diez años, el mundo terminó y Emma le volvió
la espalda al hombre que creía que era su padre... en un intento por
sobrevivir.
Ocho semanas atrás, descubrió la verdad sobre su
familia, incluyendo a la hermana que nunca supo que existía.
La semana anterior, se le rompió el corazón por el
único hombre al que se imaginó que se lo daría. Ayer, le dio la espalda a
aquellos que le importaban en un intento por ayudarlos a sobrevivir.
Hoy, planea cazar a dos hombres hasta el final del
mundo. No para salvar al mundo. No para hacer del mundo un lugar mejor.
Mañana... planea conseguir venganza.
Alessa
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