Su cuerpo virginal empezó a reaccionar bajo sus ardientes caricias
La princesa Aisha Peshwah había salido del fuego para caer en las brasas.
Primero la había secuestrado un lascivo señor del desierto, pero el hombre que
la rescató era un bárbaro sin escrúpulos que necesitaba casarse con ella para ser
coronado rey. El jeque Zoltan al-Farouk bin Shamal era tan duro e indómito
como las arenas que rodeaban su palacio. Pero también irradiaba un aura
arrebatadoramente enigmática ante la que no había resistencia posible…
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