Declaro la Guerra
Serah siempre creyó que el mundo a
su alrededor era perfecto. Como Power, uno de los ángeles guerreros, ella ha
pasado su vida defendiendo a los inocentes del mal.
Luego de que la tragedia golpea,
arrebatando a su hermano de su vida, se ha dado a la tarea de detener el
apocalipsis que se acerca antes de que sea demasiado tarde.
Sólo una cosa: ella tiene que
aventurarse al infierno para hacerlo.
Lucifer, o Luce, como él prefiere
que lo llamen, ha estado esperando el momento oportuno en el infierno,
anhelando la venganza contra quienes tan fácilmente lo arrojaron al abismo.
Cuando la belleza celestial aparece en su puerta, está tan cautivado por su
presencia como ella con él. La atracción entre ellos es palpable, y la voluntad
de Serah se desliza lentamente. ¿Cómo puede esta encantadora criatura, este Arcángel
con cicatrices, ser el que aniquilará el mundo que ella ama?
A medida que la guerra avanza, el
mundo entrelazado en el caos, Serah comienza a cuestionar todo lo que siempre
supo. Cuando la luz y la oscuridad, calor y frío, finalmente colisionan, tiene
que hacer una elección, una elección que pone su mundo en llamas, blanco y
negro explotando en llamas de colores.
Serah tiene preguntas. Ella quiere
respuestas.
Luce sólo quiere jugar un juego.
En el momento en que el
"breve" apocalipsis llegó a su final, la vida volvió a la normalidad.
Los mortales continuaron con su existencia ajenos a todo mientras la tierra se
sanaba y las flores de nuevo crecían, la devastación instantáneamente limpiada.
Era como si nunca hubiese pasado.
Pero pasó.
Luce lo sabe. Estaba condenado a
recordar cada momento, forzado a vivir con todo lo que él había hecho. De
repente encontrándose fuera de su confinamiento, se enfrenta con una decisión:
qué lugar llamar "hogar". El libre albedrío no resulta ser la
libertad que el espera cuando la única cosa que quiere no sabe que él existe.
Serah se despertó sin recuerdos de
donde viene o quien era antes de ese momento. Luchando por adaptarse al mundo
como mortal, es perseguida por un par de brillantes ojos azules que siempre
parecen estar observándola. No puede evitar la sensación de que podría ser su
salvación... si sólo ella pudiese recordarlo antes de que sea demasiado tarde.
Lucifer no cayó de la Gracia solo.
Él no es el único ángel con rencor, ni es el único fascinado por su bella
mortal.
El camino al infierno está lleno
de buenas intenciones...
Alessa
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