Antes de que lo conocieras como
Trent en Ten Tiny Breaths, era Cole Reynolds —y él lo tenía todo. Hasta una
noche, cuando toma una decisión errónea y fatal... y lo pierde todo.
Cuando una noche de borrachera en
una fiesta universitaria de Michigan State tiene como resultado la muerte de
seis personas, Cole debe aceptar su participación en la tragedia. Normalmente,
él sería capaz de apoyarse en sus mejores amigos —los que han estado en su vida
desde que apenas podía caminar. Pero se han ido. Peor aún, también está el
cuerpo destrozado de una chica de dieciséis años de edad, tumbado en algún
lugar en una cama de hospital, a la que toda su vida fue arrebatada a causa de
una caja de cerveza y un juego de llaves.
Todos le aseguran que ellos
saben que no fue intencional, y sin embargo él no puede ignorar el peso de sus
miradas, los susurros a sus espaldas. Tampoco puede librarse del consumidor
sentimiento de culpa que siente cada vez que piensa en esa chica que ni
siquiera le permite acercarse a su habitación del hospital para disculparse.
Mientras pasan los meses y aumenta la vergüenza y la soledad, Cole comienza a
perder su control en lo que alguna vez fue importante —la universidad, su novia,
su futuro. Su vida. No es hasta que él toca fondo que puede empezar a ver otra
manera de salir de su infierno personal: el perdón.
Y sólo hay una persona que puede
dárselo...
Toda la vida de Kacey Cleary
explotó hace cuatro años en un accidente de tráfico por un conductor ebrio.
Ahora está trabajando duro para enterrar las piezas que dejó atrás —todas menos
una. Su hermana pequeña, Livie. Kacey puede tragar la constante desaprobación
de su renacida tía Darla sobre su estilo de vida autodestructivo; puede controlarse
para no patearle el culo a su tío Raymond cuando pierde los fondos para la
universidad de las chicas en una mesa de blackjack. Ella sólo tiene que
mantener la calma hasta que Livie ya no sea menor de edad, y entonces podrán
marcharse del infierno de Grand Rapids, Michigan.
Pero cuando el tío Raymond se
desliza en la cama junto a Livie, Kacey decide que es el momento de correr.
Armadas con dos billetes de autobús y el sueño de vivir cerca de la costa,
Kacey y Livie empiezan sus nuevas vidas en un complejo de apartamentos en
Miami, complementado con un propietario gruñón, un pervertido en el piso de
arriba y una vecina con un nombre artístico perfectamente adaptado a su
“profesión” elegida. Pero Kacey no está preocupada. Puede manejarlos a todos. A
quien no puede manejar es a Trent Emerson, del apartamento 1D.
Kacey no quiere sentir. No lo
hace. Es más seguro de esa manera.
Para todo el mundo. Pero el sexy
Trent encuentra un camino hasta su entumecido corazón, reavivando su capacidad
de amar. Ella empieza a creer que quizás puede dejar el pasado en donde
pertenece y empezar de nuevo. Quizás no está más allá de la reparación.
Pero Kacey no es la única que
está rota. El aparentemente perfecto
Trent tiene su propio pasado
imperdonable; uno que, cuando se descubra, hará pedazos la nueva vida que Kacey
está construyendo y la enviará de vuelta
a la sofocante oscuridad.
Livie siempre ha
sido la estable de las dos hermanas Cleary, manejando la trágica muerte de sus
padres y la fase autodestructiva de Kacey con fuerza y madurez. Pero debajo de
ese exterior es una pequeña niña colgando de las últimas palabras que su padre
le dijo. “Haz que me sienta orgulloso”, había dicho. Ella prometió que lo
haría... y ha hecho todo lo posible en los últimos siete años con cada
decisión, con cada palabra, con cada acción.
Livie entra en
Princeton con un sólido plan, y está empeñada en cumplirlo: tener éxito en sus
clases y conocer a un buen y respetable chico con el que va a casarse algún
día. Lo que no es parte de su plan son los chupitos de gelatina, una adorable y
juerguista compañera de cuarto a la que no puede decirle “no”, y Ashton, el
magnífico capitán del equipo masculino de remo. Definitivamente él. Es un
idiota arrogante que hace que se encienda el temperamento normalmente
inexistente de Livie y todo lo que no quiere en un hombre. Peor, él es el mejor
amigo y compañero de cuarto de Connor, que casualmente se adapta perfectamente
a los criterios de Livie. Así que, ¿por qué sigue pensando en Ashton?
Mientras Livie se
encuentra enfrentando calificaciones mediocres, aspiraciones profesionales que
ya no piensa que pueda manejar y sentimientos por Ashton que no debería tener,
se ve obligada a dejar de lado su última promesa a su padre, y con ella, la
única identidad que conoce.
Cuando una hermosa bailarina
cruza su puerta, el propietario de un club de striptease debe decidir si seguir
sus reglas o a su corazón en la tercera novela de la autora de One Tiny Lie y
Ten Tiny Breaths.
Ser propietario de un club de
striptease no es la fantasía que la mayoría de los tipos esperan que sea. Con
muchas horas, un personal con suficientes problemas para mantener a una sala de
psiquiatría en el negocio, y la policía regularmente dando problemas, Cain, de veintinueve
años, está empezando a replantearse su misión tácita de salvar a las mujeres a
las que contrata. Y entonces la rubia de ojos marrones, Charlie Rourke, cruza
su puerta y las cosas se complican de verdad. Cain se rige por una estricta
norma de “no dormir con el personal”. Pero estar alrededor de Charlie desafía
el autocontrol de Cain... y ha pasado mucho tiempo desde que una mujer ha hecho
eso.
Charlie Rourke, de veintidós años,
necesita mucho dinero, muy rápido, con el fin de desaparecer antes de que sea
demasiado tarde.
Quitarse la ropa para hombres
hace que su estómago se retuerza, pero Charlie se dice a sí misma que al menos
está dándoles un buen uso a sus habilidades de actuación y danza. Y aunque sus
compañeras bailarinas parecen ansiosas por atrapar a su sexy, sofisticado y
verdaderamente atento jefe, ella no está interesada. Después de todo, Charlie
Rourke no existe en realidad —y la chica que pretende ser no puede distraerse
por un romance.
Desafortunadamente, Charlie pronto
descubre que desarrollar sentimientos por Cain es inevitable, y que esos
sentimientos pueden ser correspondidos —pero perderle cuando descubra en qué
está involucrada será más doloroso que cualquier otra sentencia que esté esperando
por ella.
Reese MacKay, de pelo morado y lengua afilada, lo sabe todo acerca de tomar la decisión equivocada; ha tomado muchas de ellas en sus veintitantos años. Así que cuando su impulsivo matrimonio de corta duración termina en desamor, decide que es tiempo de un cambio. Se muda a Miami con la intención de pulsar “reiniciar” en su irresponsable vida, y lo hace bastante bien... aparte de la épicamente humillante aventura de una noche en Cancún con un sexy gorila rubio llamado Ben.
Gracias a Dios puede subirse en un avión y dejar ese error detrás de ella. ¿Una beca de fútbol y fiestas de fraternidad con chicas calientes? Parte del plan del encantador Ben Morris. ¿Lesión de rodilla que mata cualquier esperanza de una carrera profesional en el fútbol? No tan parte del plan. Por suerte, Ben tiene cerebro para acompañar a sus miradas y magnetismo arrollador. Después de tres largos años de hacer equilibrios entre la facultad de leyes con su trabajo como gorila en Penny’s Palace, está listo para llevar una vida más madura; hasta su primer día de trabajo, cuando se encuentra en la oficina de esa chica loca y sexy que conoció en Cancún. Esa en la que no ha parado de pensar.
Si Ben fuera verdaderamente un chico listo, se mantendría lejos de Reese. Ella es la hijastra del jefe y se ha dejado muy claro que los romances de oficina son motivo de despido. Además, corre el rumor de que ella supone problemas. El único problema es, que a él le gustan los problemas, especialmente cuando son tan atractivos...
Gracias a Dios puede subirse en un avión y dejar ese error detrás de ella. ¿Una beca de fútbol y fiestas de fraternidad con chicas calientes? Parte del plan del encantador Ben Morris. ¿Lesión de rodilla que mata cualquier esperanza de una carrera profesional en el fútbol? No tan parte del plan. Por suerte, Ben tiene cerebro para acompañar a sus miradas y magnetismo arrollador. Después de tres largos años de hacer equilibrios entre la facultad de leyes con su trabajo como gorila en Penny’s Palace, está listo para llevar una vida más madura; hasta su primer día de trabajo, cuando se encuentra en la oficina de esa chica loca y sexy que conoció en Cancún. Esa en la que no ha parado de pensar.
Si Ben fuera verdaderamente un chico listo, se mantendría lejos de Reese. Ella es la hijastra del jefe y se ha dejado muy claro que los romances de oficina son motivo de despido. Además, corre el rumor de que ella supone problemas. El único problema es, que a él le gustan los problemas, especialmente cuando son tan atractivos...
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