Un hombre baila del mismo modo que
folla. Su resistencia, su ritmo, la lenta rutina de sus caderas. Algunas
personas nacen con esto, otros aprenden a través de años de cuidadoso estudio.
¿Y los bailarines? Nosotros
follamos mejor que todos.
En el momento en que la vi, lo
supe. Su inocencia es embriagadora. Mi deseo es feroz. Primitivo. Observarla
bailar es conocer el tormento de la verdadera tentación.
Ella será mía.
Alessa
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